ANÁLISIS: "EL ARTE DE PENSAR NEGATIVAMENTE"

María de los Ángeles Rubio

     La película “El arte de pensar negativamente” contiene muchas relaciones transtextuales, ejemplo de éstas son los discos y la música del artista Johnny Cash, que entraría dentro del marco de la intertextualidad literal, al igual que la referencia, también literal, que hacen a la película Apocalypse Now, cuando el personaje principal se encuentra viendo el film. En la habitación de Geirr se muestran algunos posters de películas, esto se considera una relación paratextual del afiche con la película a la cual está haciendo referencia. A su vez, en la dimensión architextual de la obra, se encuentra englobada en el género de humor negro con drama.

     Estas recurrentes referencias, junto con otras cosas, ayudan al espectador a establecer el pacto ficcional y a la vez crear un perfil psicológico del sujeto, en este caso de Geirr. Es un discapacitado con tendencias suicidas que pasas sus días encerrado en su habitación matando el tiempo viendo películas, escuchando música y fumando marihuana, cómodamente deprimido, mientras su esposa, Ingvild, tiene que lidiar con la apatía de su esposo tal como si fuera un adolescente frustrado.

     Por otro lado, se presenta a un grupo de autoayuda para discapacitados, en el que pensar en positivo es la norma, las sonrisas son casi artificiales, se siente un ambiente asfixiante, pesado, sarcástico. Este grupo terapéutico llega a casa de Geirr, él se siente invadido, y hasta traicionado por su esposa, cuando ella lo único que quiere es ayudarlo, él argumenta que no necesita su lástima, como persona terca.

     La aversión a la falsa simpatía de Geirr, lleva al resto de los discapacitados a formar una alternativa al grupo de terapia, otra forma de desahogarse además de descargando sus problemas con el “saquito de negatividad” que proponía la doctora que guiaba al grupo. Muestran los dos extremos, tanto la excesiva negatividad como la excesiva mentalidad positiva.

     Se establece perfectamente un pacto ficcional, no hay ruptura de coherencia en el discurso narrativo o visual, mantiene elementos del mundo real, cuentan la historia llevándola a través del sarcasmo, el humor negro, se presentan problemas que ocurren en la vida real como la compasión desmedida, la falta de honestidad, ocultar problemas con hipocresía hacia uno mismo y al entorno. 

     Cualquier persona podría sentirse identificada y experimentar las emociones que pretende transmitir la historia, a pesar de no ser discapacitada. Se manejan conceptos universales y deja interrogantes al espectador. En resumen: Excelente película. Al final no sabes si reír o llorar. Recomendable 100%